Existen diversos tipos de trastorno psicótico con sintomatología muy variada. En general, podemos decir que afectan al modo en que la persona percibe el medio en el que vive ya que están relacionados con las formas de percibir el mundo o de pensar. Algunas personas oyen voces, tienen apatía, emociones que no se corresponden con las situaciones que viven…
Por supuesto, con tratamiento médico y psicológico, una persona puede llevar a cabo una vida normal a pesar de tener una enfermedad mental grave y persistente. Es importante la estabilidad del ambiente de estas personas y luchar contra la incidencia del estrés que está directamente relacionado con las recaídas o crisis.
La psicología ayuda en estos casos a conocerse a uno mismo, establecer rutinas relacionadas con hábitos saludables, tratar de detectar los síntomas que preceden a las crisis para prevenirlas y aprender estrategias para combatir el estrés y situaciones de ansiedad. La esquizofrenia y el trastorno bipolar son ejemplos de estas patologías que afectan tanto a las emociones y estados del ánimo como al comportamiento de estas personas. Es beneficioso también el entrenamiento en habilidades sociales, relajación y las técnicas de solución de conflictos.