Hay personas que se plantean ir al psicólogo porque tienen un problema concreto que no saben cómo resolver. El psicólogo no te va a decir qué decisiones debes tomar en tu vida pero sí puede enseñarte estrategias para que tú mismo puedas valorar qué decisión deseas tomar. Pero no todo el que acude a terapia tiene un problema; en ocasiones las personas necesitan apoyo para afrontar una situación que estén viviendo, como puede ser el caso de un duelo; o en otras ocasiones el cliente sí padece un problema concreto como el estrés, insomnio o pánico. Lo que sí está claro es que hay algún motivo por el que la persona no siente bienestar y calma, bien porque su problema interfiera en su vida diaria o quizá no sabe aún por qué no es feliz. Si vives intranquilo o tienes sensaciones en el cuerpo, emociones o pensamientos que te impiden llevar a cabo una vida normal no dudes en consultar tu caso. Preguntar es gratuito y quizá el psicólogo si no es el profesional adecuado en tu caso puede orientarte para encontrar la ayuda que necesitas.
Dentro de la psicología existen diferentes corrientes. Yo sigo una orientación cognitivo-conductual; ésta percibe los problemas como consecuencia de la interacción entre lo que pensamos y cómo nos comportamos. También puedes haber oído hablar del psicoanálisis, de la terapia humanista… Algunos tipos de terapia son más eficaces con algunos problemas en concreto y también puede ocurrir que algunos tipos de terapia sean más eficaces en función del cliente, ya que pueden inspirarte más confianza o gustarte más esa forma de abordar los problemas. Yo recomiendo acudir a la primera cita con el profesional, que suelen ser gratuitas, y pedir toda la información que desees sobre el modo de trabajar de ese profesional para que te sientas cómodo antes de empezar a trabajar..
La principal diferencia es que el psiquiatra es médico. Un psiquiatra puede prescribirte medicación si lo necesitas, mientras que un psicólogo sólo aborda problemas de la mente y el comportamiento con técnicas conductuales o estrategias cognitivas. En ocasiones, es conveniente el trabajo de ambos profesionales y también puede haber psiquiatras que hayan estudiado psicoterapia y realicen ambas técnicas. El abordaje médico suele ser unidireccional, es decir, el cliente recibe el tratamiento sin participar en él; mientras que la psicoterapia requiere la participación y el compromiso del paciente, éste adopta un rol activo en el tratamiento, realizando tareas en casa y colaborando con el profesional en su recuperación.