Trabajar técnicas para resolver conflictos implica abordar habilidades de diferentes ámbitos como habilidades sociales, técnicas de negociación, etc. En la vida nos encontramos con diversos problemas que pueden ser simples o complejos. Pueden ser decisiones difíciles de tomar que nos afectan únicamente a nosotros mimos o situaciones que afecten a todo un grupo de personas.
Las habilidades que se trabajan en estas clases pueden aprenderse de forma individual y personalizada o en grupo y se analizan también las características de nuestra personalidad que nos dificultan enfrentarnos a estas situaciones.
El objetivo principal siempre es lograr resolver el conflicto con asertividad, sin causar daño a terceras personas y sin permitir que nos causen daño a nosotros analizando y acordando la mejor solución para todos. Los conocimientos adquiridos en estas sesiones formarán parte de nuestro bagaje pudiendo aplicarlas a cualquier situación, ayudándonos a mejorar nuestra autoestima y autoconcepto, sintiéndonos más seguros y disminuyendo el estrés que supone enfrentarse a cualquier problema.